martes, 9 de junio de 2015

Una ruta bonita.

1 de marzo.  Ese día, fue el último de las salidas con nuestra peña del que hice crónica oficial.  Han pasado muchos días, sobre  3 meses mas menos.  ¿Qué pasó?  En este tiempo pasaron muchas cosas, muchas salidas.  He echado de menos a la peña y me han echado de menos.  Pero no, mi ausencia no ha sido por malos rollos o porque no me encuentre a gusto con los Dieztreinta.  Entre piedras, barro, trialeras y por supuesto cervecitas, me inocularon el veneno de la mtb en el cuerpo. En cierta forma son responsables de mi transformación.   De mi ambición por vivir nuevas sensaciones, por buscar nuevos desafíos descabellados, nuevas rutas imposibles.  De mi necesidad de competir contra nadie, de explorar los limites de mi cuerpo sobre la bicicleta buscando el mejorar en cada cortafuegos en cada bajada, en los rodajes en grupo.
 En este deambular buscando la ruta ideal, coincidí a veces  con los ruteros de ortigas y me hice uno de ellos.  El año anterior ya lo fui por ficha federativa, al igual que Migue.   Con ellos he compartido  muchas horas de caminos y entré con gusto en esta dualidad:  Ser Rutero de Ortigas sin dejar de ser Dieztreinta. "¿Como se puede querer, dos mujeres a la vez? y no estar loco ",  que decía la canción.   Creo que una cosa no esta reñida con la otra.



Encerrados? en el Valle del Rosado ya dentro de La Pajosa.

Después  de la explicación cre que necesaria, paso a narrar lo que recuerdo de  esta mañana en la que  nos plantamos a las ocho en la puerta de Ana, por cierto llego tarde 5 minutos.
-¡Bueno que pasa? pa algo soy la jefa, se justifica.

Hoy por un motivo u otro tan sólo los encerrados: Santi, Pedro J F, Víctor, Pedro padre, Malpi, Angel y Pepe, se presentaron a la cita.  Corren malos tiempos para los bikers temerosos del calor.  Hoy tuvimos de eso. La tarde anterior se justificaron Miguel, Eugenio Justo y Jesús.  El único  que aportó coartada fue Jesús.



El jodio haciendo un sacrificio  se encuentra embarcado en esta gabarra, abarrotada de gente, sin otra cosa que hacer que tomar cervecitas con el aperitivo, mientras mira ansioso macizas imponentes en la piscina a escondidas de la parienta.

Como esta mañana Santi y Víctor estaban un tanto temerosos por la falta de entrenamiento, me callo y dejo la iniciativa de elegir la ruta a Pedro.  El propone una ruta "muy bonita" que hizo con los colegas de los Cruzcambikes.   Todos están de acuerdo.  En el recorrido  de hoy la palabra "muy bonita" sonará con cachondeo en más de una ocasión.
Tenemos que  llegar a Manchita.  Lo normal es que se vaya a la puerta de la reserva y se gire a la derecha.  Hoy la haremos al revés, giramos en Ortiga, llegamos hasta el canal y tomamos su pista.  Por aquí llegaremos hasta el acueducto.  Vamos como siempre hablando tranquilamente, comiendo kilómetros hasta que cruzamos la carretera y tomamos el camino.  Es en este camino, antes de llegar a la zona de Manchita  donde nos encontramos con Manolo Monge y su sobrino Luis que nos acompañarán hasta Manchita.  Por cierto Luis también va flojo, convaleciente de su luna de miel grandiosa, tras la boda.  Ellos hoy quieren sufrir Los Bomberos de La Pajosa.  Al llegar a Manchita  continúan recto y nosotros giramos a la derecha para rodear  Manchita.  Por fin llegamos a terreno interesante.  Para mí  y para el resto de los dieztreinta, si exceptuamos a Pedro, este camino es nuevo.  No es que sea excesivamente duro, pero va tirando para arriba sin parar.   Menos mal que el día está fresco y el camino  a decir verdad transcurre por un paraje espectacular.











Al  llegar a la puerta que anuncia el valle del Rosado en La Pajosa el personal se revela y se baja para comer.   No sabemos con claridad donde estamos.  Por el nombre en la puerta imaginamos que ya estamos  dentro de la Reserva.  Tras la foto emprendemos el camino, pero en lugar de tomar el camino que sugiere Pedro a la derecha, giramos a la izquierda.  Tras recorrer un tramo llegamos por fin a un cruce familiar.  El cruce por el que pasamos la primera vez que fuimos a los bomberos y por ello inconfundible.  Entre el calor, falta de agua y etc... al personal se le esta haciendo larga la ruta.  Eso si " mu bonita".  Quieren que tomemos el camino de vuelta mas corto.    Giramos a la izda dirección a la bajada de las carboneras y a la puerta de la Pajosa.  No van muy convencidos de que el camino por el que saltamos de piedra en piedra sea el correcto, esto es, el más corto.  Llegamos a la puerta  por fín y de allí  sin parar vamos lentamente en dirección a Don Benito.  
En estas rutas domingueras sean de invierno o verano, se entra continuamente en conflicto.  El hacer una ruta como la propuesta por Pedro significa que los dieztreinta que por uno u otro motivo han faltado durante varias semanas van a sufrir a base de bien.  Pero bajo mi punto de vista esto es inevitable.  Los dieztreinta somos, afortunadamente, muchos.  Por ello en todas las salidas faltan y se incorporan dieztreinta que piden rutas suaves para empezar.  Los dieztreinta más regulares  en las  salidas prefieren  organizar rutas más largas y complicadas.  Hoy, toco sufrir a la vuelta.  Pero esto de la bici de montaña no es un pasear por el camino nuevo hasta el burguer de Villanueva.  Tenemos polvo, calor, piedras,  caídas un poco tontas, sofoco, dolor insoportable en la piernas y en el pecho hasta caer desfallecidos en la silla al llegar al garito de Ana.   Desgraciadamente,  hoy al llegar no había sillas y tuvimos que tomar la cerveza de pie.  Snifff.   Eso sí, estaban las chicas Biciclos  que habían hecho una buena ruta y reponian fuerzas con las cervezas isotónicas de Ana.  Por fín se incorpora la mujer a la mtb, pensé.  Muy poco a poco, es verdad.  Pero por fín están rompiendo con la tontería de que lo de la mtb es exclusivo para hombres y no es femenino.  Enhorabuena chicas.  !Animo¡.

En todas las salidas me quedo con una imagen del paisaje por el que volamos.  Hoy no puede ser una imagen verde, pero a mi me parece preciosa.





Ruta de hoy grabada en el wikiloc

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