Los bomberos de la Pajosa. 1 de marzo de 2015

 La peña lleva guareando  toda la semana la ruta de Los bomberos de la Pajosa.  Para el que no lo sepa Los Bomberos de La Pajosa es uno de los objetivos mas difíciles y por ello mas deseado por los aficionados a la bicicleta de montaña de toda la comarca.  La peña DieztreintaMtb poco a poco va llenando de banderitas el mapa de objetivos.  A través del Wattsapp, los días previos  concretamos la quedada de hoy.  Hemos visto por el Wikiloc distintas opciones para llegar y volver.  Al final nos decidimos por la más corta.  Justo prometió por la celebración de su cumpleaños unas cervecitas acompañadas.  En principio deberíamos llegar con tiempo.  Pero....

Quedamos temprano para salir.  A las ocho de la mañana estamos todos los valientes que aparecen tan gallardos y salerosos en la foto. Todos menos yo, que estoy enfrente.

 

 Los primeros kilómetros de ruta, intentamos ir lo más rápido posible como en  el precio justo, sin pasarnos. 

 En principio todo va bien, pero de un metro a otro, salta el pinchazo.  El primero le corresponde a Pedro sin pedirlo.  Se repara con rapidez. La gente aprovecha para comer algo con precaución.   Cambia la cámara y para inflarla utiliza una de las tan de moda, bombonas de nitrógeno. 

 Seguimos la ruta y vamos hablando;  Mane propone algunos cambios a la ruta original.  En un principio para seguir la ruta al pie de la bicicleta, deberíamos seguir rectos y llegar a la puerta de la Reserva.  El propone tomar la variante de la ruta de los Cruzcambike.  Subir a la derecha por las carboneras  y desde allí tras una bajada fabulosa entrar en la reserva. 

 

Ya dentro de la reserva y pasamos con rapidez un pedregal que pone a prueba la doble suspensión a los que disfrutan de ella.  El resto de jodidos, jodidos aguantamos y tiramos con resignación.  ¿Dices tú de pinchazo?.  Pues no,  no se puede llamar pinchazo, sino mas bien navajazo.  

 

No sabemos de donde salió, ni lo que es con exactitud, pero  si que se clavó en la cubierta de Justo y nos obligó a parar nuevamente.   En esta ocasión tenemos más dificultad.  Al echar mano de la cámara que lleva de repuesto se da cuenta que por efecto y obra del rozamiento, la que debería ser la solución se queda en decepción.  Esto nos debería servir a todos, me incluyo, de lección.  Para repasar antes de una salida el material que podemos necesitar para el caso de avería.  En esta ocasión una  cámara de Malpi soluciona el entuerto.  En esta ocasión la bomba sustituye a la bombona y seguimos.

Mané nos cuenta que se le hace muy tarde,  tiene que estar a una hora concreta en casa y tiene que darse la vuelta.  No obstante, el hace de guia y conoce la ruta y antes de volverse cumple con su obligación y nos señala con exactitud el camino que nos llevará hasta el mirador de los bomberos.  Desde ese punto ya vemos el mirador a lo lejos y el camino sin error posible va haciendo un zigzagg a través de la sierra subiendo al principio con suavidad y a medida que nos acercamos se va empinando con más dureza.  Esta subida la hacemos ya cada uno a su ritmo.

 Si tengo que calificar o comparar esta subida con la de la cabra es verdad que no tiene color.  Muy bonito el recorrido, espectacular; pero la cabra tiene bastante más dureza.

Es una pena el día que nos tocó.  Estamos en otro enclave privilegiado.  Desde aqui en un día claro, podríamos ver toda la comarca; desde Don Benito hasta Guareña, pasando por Oliva de Merida.  Pero... el día está nublado y con neblina baja.   Pero siendo positivo el paisaje es maravilloso.  Como ya conté en anteriores ocasiones, tenemos en nuestra Extremadura y este caso a la vuelta de la esquina algo más que dehesas y encinas.  Me prometo volver y recorrer estos caminos con mas detalle hasta conocerlos y hacerlos nuestros como ya los son los de la Cabra.
Tomamos el avituallamiento, nos hacemos unas fotos, hacemos un poco el bobo subiendo a la terraza de la caseta y emprendemos la bajada para intentar llegar con tiempo a la cerveza.   

Tras el segundo bocadillo de chorizo empezó a sonreir.

¿Como evitar la tentación del selfie?

Bajamos poco.  No llevamos ni cuatrocientos metros cuando tenemos que parar atendiendo a la llamada. 
-Joder no me lo puedo creer, me cago en...., otro pinchazo.  Vaya mala suerte.  
Lo realmente jodido es que ya gastó la cámara que llevaba y de válvula fina nadie lleva.  La solución en principio pasa por echar mano de los parches.  Mientras Antonio y Miguel ponen el parche, llega un grupo de Guareña que está preparando la ruta  de su pueblo que se hará en quince días.  Le preguntamos por si llevan alguna cámara de válvula fina de 26 y sí.  Nos echan una mano y una cámara.  Tras alguna dificultad a la hora de inflar la rueda; otra bombona de nitrógeno se llama la solución.  Emprendemos el regreso.  Lamento no haber hecho alguna foto de agradecimiento por su ayuda desinteresada.  Muchas gracias, se portaron como auténticos ruteros.

Como ironiza Eugenio, la peña   parece que tiene un enjambre de avispas en el pecho.  Saltan a la mínima.  Las previsiones que se habían echo se fueron al carajo.  Se suceden con preocupación las llamadas de teléfono:

-¿Cariño?, si mira que nos vamos a retrasar un pelín.  No,noooo.  No me ha pasado nada, que el recorrido, nos ha llevado más lejos de lo previsto, hemos pinchado y vamos a llegar más tarde, que no, que no te preocupes, mi amol.  Ala, adiós, cariño.  Que sí tonta, adiós.

Al fondo se ve la caseta de los bomberos.

 Por el recorrido de la vuelta ya no tenemos preocupación;  cargado en el wikiloc el naranja sobre el verde nos indica sin problemas la salida más corta de la Reserva. 
Antes de llegar a la puerta de nuevo Pedro quejándose:
-Joder esto es increíble, no me lo puedo creer.
 Pero sí, el disco de freno que ya dio problemas el día que subimos a la cueva del Ciervo, se vuelve a aflojar.  Pero esto, lo aprieta Antonio con rapidez y seguimos. 

El nuevo fondo para Windows

Para volver el camino es y conocido giramos a la derecha buscando el bajar la cuesta pero antes de llegar nos apartamos porque vienen motos.  Los moteros resultan ser Jesús y Ángel que cansados de esperar y tras las noticias por wattsapp salen a nuestro encuentro para echar una mano.  Nos acompañan en el regreso.  Tras la bajada de la cuesta, de nuevo Pedro. Esta vez es la cadena.  El día que te sale con avería, las tienes todas las tuyas y parte de los demas que te las ceden con generosidad. Hoy toco la lotería en el barrio de Pedro; pero afortunadamente, para él, la mala suerte no es exclusiva suya.  Otros días, si echáis una ojeada a las entradas antiguas nos toco el reparar a otros.
Ya es muy tarde, para lo que teníamos previsto y vamos lentamente camino del Buche.  
Al llegar a la cuesta del buche miro la hora.  Es la una.  Ya estamos como quien dice en Don Benito. Desde aquí el resto es casi todo cuesta abajo. Yo debería estar en casa ya, así que aviso a Miguel y Eugenio que avisen  al resto, de que me tengo que ir.  Me despido hasta el próximo día.  
Como resumen de ruta, aunque haya sido una ruta accidentada, lo importante es que no hubo accidentes.  El objetivo a pesar de todo se cumplió.  Incluso aquellos que en principio no tenían previsto llegar tan lejos consiguieron coronar los bomberos.  Es bueno para el grupo el ir consiguiendo objetivos nuevos y cada vez más lejanos.  La Presa de la Garza......La Presa de la Garzaaaaa...  Ahí queda eso para el buen entendedor, que los hay.