sábado, 11 de enero de 2014

Sabado 11 de enero del año 2014

¿Habéis estado alguna vez, o estáis ahora, enamorados?  Si la respuesta es afirmativa, sabréis de los síntomas que alertan de este mal. Una extraña desazón en el estómago.  Una  fijación enfermiza por la persona amada.  Un remolino sin fin en la cabeza que impide fijar la atención en alguna otra cosa de interés.  Ni siquiera un Atlético de Madrid-Barza acalla los gritos en tu cabeza.
- ¿A qué viene esto? 
Salvando las diferencias, no he encontrado una comparación más cercana, teniendo en cuenta que somos hombres y  que no se nos puede pedir demasiado.  A lo que iba. Un estado parecido es el que me ha, (nos ha) embargado durante toda la semana.  Los Reyes magos fueron generosos, muy generosos siendo  sincero. Teniendo en cuenta que conozco  de primera mano  cómo me he portado durante el año y que la nota que me doy es así, así, no me lo explico.  Pero en fin…
 ¡ Una bicicleta nueva ¡
El regalo con el que soñaban todos los niños en mi niñez.  Y como niños nos comportamos durante la semana Miguel, mi sobrino, y el que habla. Martes, miércoles, jueves, viernes, SABADO,  por fin,  hoy podremos estrenar la bicicleta que hemos estado mirando como bobos durante la semana.   Imaginando como sería el flotar sobre los caminos montando en estas alfombras con ruedas.

Quedamos hoy, segundo sábado de Enero al venir el día en la salida de las Cruces, que también es la llegada de las Cruces. La intención primera, es la presentación de la bicicleta a la Virgen de las Cruces.  No sé si lo sabéis pero en Calabazonia se tiene la costumbre de llevar a la Virgen el vehículo  que se adquiere nuevo, aunque no lo sea, ya sea coche, moto o como en nuestro caso bici.


Cumplimos con la costumbre y seguimos en dirección al buche.  Hoy es de esos días que salen raros.  Primero salimos tarde con el ajuste de mis calas.  Segundo la parada en las Cruces.  Tercero,  nos encontramos con Angelito en el Buche que esperaba a los Cruzcambike y esperamos con él hasta que nos cansamos de esperar. Demasiadas esperas. Como hoy estamos obligados a no esperar, lo abandonamos y seguimos en dirección del puente de Santa Natalia.  Podemos hacer cientos de kilómetros para ver paisajes impresionantes  en medio mundo y  lo hacemos,  y como contrapartida abandonamos los cuadros más bonitos de nuestra casa, los menospreciamos y ni siquiera los conocemos.  Ningún paisaje es profeta en su tierra.

 Tan sólo cuatro, en la foto con cara de foto.



Y aquí se acaba la ruta.   El núcleo de la rueda de atrás de mi bici se va al carajo.  ¡El Núcleo¡ No  sé  exactamente qué significa, lo que más me suena es: !Que peli más buena¡.
Dos cámaras, un remolqué, un teléfono, Juan Pedro, mi sobrino con su coche, un rescate y al taller.  Lo siguiente es la hora que pasamos tomando la cerveza con coca cola  en la llegada de las Cruces.
Un aliciente que tiene este punto es el escaparate.  Por explicarme, viene a ser un Salsa Rosa pero con bicicletas de montaña y de carretera.  Por allí pasan todos los frikis de la bicicleta.  Para los tímidos un tormento.  Para gente como Justo o Miguel un paraíso.  Jodios… conocen a “tol mundo”. 

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