“No hay sábado sin Sol, ni domingo sin resplandor”. Este refrán, me parece que viene al pelo para el fin de
semana que nos ocupa. Después de la medio ruta de ayer, ya narrada, este
domingo que resplandece obliga a salir a
los dieztreinta que posan coquetos en la foto y alguno más que se encuentra en
el lado contrario de la fotografía.
En esta ocasión, no puedo narrar con exactitud, por otra
parte siempre subjetiva, el desarrollo
de la ruta. Escucho la versión que me ofrece mi sobrino:
- ¡Tito, que ruta más chula hicimos hoy¡
- ¿Dónde fuisteis?
- Verás.
Para empezar fuimos como ayer en
dirección del helipuerto, pasando como es preceptivo por la cuesta del
buche. (Una buena iniciativa sería hacer
el diccionario del mtb de Don Benito y Comarca, o simplemente de la comarca
para evitar malos rollos nacionalocalistas), sobre todo para cuando decimos: “cuesta
del buche”, saber que estamos hablando de la misma cuesta.
-
Al llegar a la Merchana, el grupo se
divide. La mitad toma el cortafuegos,
ingenuos, y la otra mitad y cuarto, el camino clásico, no por ello menos duro,
aunque sí accesible.
El Helipuerto es la atalaya desde la que repones fuerzas,
mientras miras el paisaje incrédulo.
-¿Eto e Badajó?, Te preguntan.
-¿Pué no era un secarrá?
-Pué no.
El secarrá es a veces la valoración que hacemos
de nuestra tierra. ¡Maldito complejo!
Del helipuerto el grupo se encamina en dirección a La Cabra. De
esta parte de la ruta no me enteré bien, la cabeza hoy no está para gaitas y la tendría que inventar. Como no sería justo para los valientes que
han disfrutado del día, termino aquí la crónica, no sin pena.
Crónica Pp@gu@
Crónica Pp@gu@
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