martes, 4 de marzo de 2014

El viento que nos lleva. Domingo 2 de Febrero de 2014

Hay días que parecen noches. Este domingo amaneció oscuro,  triste.  En alguna ocasión afirmé que lo peor que nos puede pasar desde el punto de vista meteorológico  es la lluvia.  Me equivoqué.  Lo peor, pero mucho peor, es el viento.  Esta mañana tuvimos de eso. 
- Amenaza de  lluvia: deserciones.
- Día frío: más deserciones.
- Mucho viento: No aparece ni el tato.
 Tan sólo cinco tarados, con perdón, que ignorando  lo que sería razonable, esto es quedarse en casa al socuello de la colcha calentita y la disciplina de la señora salen a respirar.  Miguel, Justo, José Manuel, Antonio y  Pepe dicen que se llaman. 

José Antonio hoy salía con los ruteros.  Necesitaba llegar temprano y nos abandona con Mane. Mmmmmmm…..  En algún lugar cerca de La Cabra nos cruzaremos después sin vernos.   
Esta foto muestra los cinco valientes de los que hablaba.
Entramos en el desarrollo de la película de hoy. ¿Por qué ver la ruta como una película? Al recordarla y describirla eso me parece que fue.  Un tanto irreal ya con la ducha y sin las calas: Con su guión, sus protagonistas, sus decorados…
Hoy el guión lo propone Picón.  Nos vuelve a engañar como hace quince días cuando nos metió por el barrizal.  Hoy nos pone como objetivo el llegar a la Cueva del Ciervo.  Esta cueva se encuentra más allá del puerto de la Cabra.  No hay que llegar hasta el mirador, pero se pasa rozando.  Con lo que ello supone de cuestas y derivados. 
La sierra de Ortigas se esconde en las nubes

Para empezar tomamos el camino de Don Lorenzo hasta la Reja del km 10. Giramos en dirección a Cabeza Redonda, nos olvidamos de los caminos  y nos zambullimos en las veredas campo a través. Esta parte de la ruta es preciosa. Estamos metidos  entre sierras, rodeados de encinas que nos protegen del viento.  Nos olvidamos del asco de día y disfrutamos  de un recorrido duro.   En este punto tenemos el primer contratiempo.  
  En invierno los abrojos no han nacido, pero en  los pedregales por los que volamos no hacen falta.  Arreglamos con alguna dificultad el primer pinchazo y seguimos dirección de la Cabra.  En esta parte empezamos a disfrutar del viento en contra, frenados por una buena ración de barro rojo.  Gracias a Dios este tipo de terreno no dura mucho.   Nos agrupamos.
- Por favor cerrarme las puertas para que no se escapen los animales, dice el pastor.
- Claro hombre, siempre lo hacemos.
Alguien grita: Albarillos con Jormigas.  En un principio no caigo.  Pero al ver la primera cuesta de  frente entiendo.  Tranquilidad y buenos alimentos, pienso para dentro.  Hoy no es buen día para los piques.  Hundimos los ojos en las piedras mientras subimos.  Llegamos  al camino de la Cabra en lugar de girar en su busca seguimos por el cortafuegos.  Tenemos unos tramos de subida terrible antes de parar y volver a agruparnos.












  En este punto Migue que ya venía refunfuñando, protesta abiertamente:
-Yo no vuelvo a salir contigo si no me haces un plano.  Eso de no saber dónde voy no me gusta.
Seguimos en dirección a la cueva y llegamos al punto más alto de la ruta. Desde aquí podemos ver la cueva.  Para llegar a ella tendríamos que subir a pie, campo a través unos quinientos metros.  Lo dejamos.  Preferimos seguir con la bici.  Empezamos la bajada.  En esta bajada se nos ponen los pelos de punta.  Por lo menos a mí.  En un punto tiro de frenos al llegar a una curva y me adelanta por la derecha Justo a volando.  Unos metros más abajo tiene que parar.  El segundo pinchazo de la mañana.  Miguel dice:
-          Lo raro no es que se pinchen, lo que no entiendo es como no se destrozan por este
Terreno.

Esta bajada es  terrible. En la foto no se aprecian con claridad las cuchillas en forma de piedras.

 
Volvemos a tener dificultades con la rueda de Justo.  El sistema no lo conocemos lo suficiente. Hasta que no llega Picón, no logramos liberar la rueda para arreglarla.
Esta situación me hace reflexionar que tenemos tanto por aprender.  Rutas, trucos, reparaciones, miedos.  Tenemos que hablar y escuchar los consejos de aquellos que llevan años pateando estos caminos. 
Seguimos con dificultad.  Justo de nuevo pierde un tornillo… de la cala.  Pepe el impermeable enredado en la rueda de atrás.  El camino se vuelve agrio, triste.   Dejamos la sierra.  Dirección oeste, esto es contra el viento cada vez más fuerte. B ajamos en dirección a La Antigua, donde llegamos no sin disfrutar del, “no hay dos sin tres”, pinchazos.  Esta vez Picón.  Es curioso que el que pincha, además de sufrir el pinchazo, siente culpabilidad por retrasar el desarrollo de la marcha.  Sólo le falta decir.
-Seguid, seguid, dejadme tirado como un perro.

Pero todavía no he visto a mtb que actué así. Mientras reparamos pensamos.  El aire es terrible.
-Podríamos bajar por las trialeras, con el fin de evitar el viento que nos dará más fuerte si tiramos por La Haba. 
Eso hacemos.   Disfrutamos de las trialeras a pesar del cansancio que empieza a hacer mella. Llegamos a la Pared y seguimos por trialeras hasta la Reja del Km 10. Llegado a este punto empieza un auténtico calvario.  Agachados, casi tocando el suelo.   Vamos ya con prisa.  Las numerosas incidencias nos han retrasado muchísimo.  Hay alguno que a estas alturas ya ha tenido alguna llamada de atención.  Pero por mucha voluntad que tengamos el aire en contra la vence.  Las piernas no van.  El frío, el aire, el cansancio y las prisas hacen que nos separemos rápidamente sin la efusión y las cervezas de otros domingos.

Hay que estar a las duras y a las más-duras.

Enlace a la ruta del Sport tracker

http://www.sports-tracker.com/#/workout/calabazon/40snam5ilrvdn3bl

                                                                                                                                         Crónica Pp@gu@

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