lunes, 6 de junio de 2016

En busca de la Cruz de Lopez.

La leyenda de la cruz de Lopez....
Cuenta la leyenda la historia de un pastor al que llamaban López que vivía en un chozo y desarrollaba sus labores en el campo atendiendo a sus ovejas. Apenas tenía tiempo para ir al pueblo a ver a su novia, pero siempre hacía un hueco algunas tardes de domingo. Recogía su rebaño unas horas antes de lo acostumbrado y se desplazaba con su burro para volver antes de que cayese la noche.

Era un hombre muy apreciado en el pueblo y todo el mundo se alegraba de verlo. Un día se entretuvo más de la cuenta y en la vuelta le cogió la noche. Había luna llena y cuando llegó a la cima del cerro de los Abulagares fue atacado por una manada de lobos, que se comieron al pastor y solo dejaron los zapatos con los pies dentro.


 A veces, puede ser más difícil el negociar y acordar un destino para la salida del domingo que la  negociación de la salida con la parienta.
En los previos,  la peña sueña con destinos nuevos, lejanos, llenos de aventuras para colgar y lucir en el tablón de objetivos cumplidos de la peña.  Poquito a poco, el tablón de la Peña va tomando color,  chinchetas verde fluorescente y algunas con toques de negro, suavizado con el blanco puro de la bandera Extremeña.
  La negociación la empezamos como los tratantes de ganado, cuando intentan acordar, a lo alto:
-¿Que?....¿Vamos a las Minas de San Nicolás?
-¿Y si fuéramos al Pantano de la Garza?
-La Cruz de Lopez, La Cruz de López....
Despues de las primeras propuestas  e indecisiones es hora de la realidad:
-¿Cuantos kms son?
-A las minas, los 90 mas,menos.
-A la Garza 82 pero más duros.
-A San Nicolas sobre los 70 y algo.
¿Parecen muchos no?
-Bueno, ya mosqueado,vamos a las Cruces y volvemos.....
-Resumiendo quedamos a las 8:00 y decidimos. 
-¿No es mejor a las 8:30?, a las 8 es muy temprano.
-!No por favor¡  No empecemos de nuevo.....


El destino será La Cruz de López.  En teoría el guía voy a ser yo.
-¿Tú Pepe conoces el camino?
-Hombre, yo hice el recorrido siguiendo la ruta de Wikiloc pero al reves, entrando desde la carretera del Valle.
Creo que deberíamos tomar el camino más corto, esto es, subir hasta la caseta: Los Guzmanes, el Pedregal y la caseta del Puerto de la Cabra.  A partir de ahí, todo recto.
Migue: -¿Digame? ¿Quien es?,  ahhh, eres tu.   ¿Por dónde vamos?, - Ahora estamos en el camino de las Cruces, vamos a cruzar la carretera en dirección a los Guzmanes. ¿Tu por dónde vienes? ¿Por el pantano? ¿Que pantano?  Ahhhh el butano... bueno, vamos despacio.







Cuando nos damos cuenta Justo ha desaparecido, ¿como no?  Es un asco este hombre.  Te hace quedar siempre mal.  Si alguno es asquerosamente solidario, con los apajarados, averiados, retrasados y  diez treinta en apuros, es él.   El "retrasado" como siempre, la novia de los Dieztreinta, Jesús.
Subimos los Guzmanes, no sin esfuerzo, siempre discutiendo, otras simplemente hablando. Después nos agruparnos, dirección a La Cabra.


La subida por el pedregal a la Caseta de la Cabra es uno de los tramos con los que  sueño.  Me encanta.  Me gusta la candencia que se pone en el pedaleo, el olor de la jara y los eucaliptos mientras respiras locamente.  Me gustan esas piedras trampas afiladas, esos cambios de dirección de derecha a izquierda y de izquierda a derecha urgentes para evitar la piedra más suelta que te atrapa.  Y por fin los últimos 200 metros, los más duros antes de la visión de la caseta con su blanco y su sombra.










Fotos, comida, agua, saludos a colegas de Quintana y preguntas:
-¿Cuanto queda?
-No lo sé.
-Pepe coño dime:-  ¿estaremos para las 12 en casa?, me pregunta Pedro.
-Le digo la verdad,  no lo sé, pero creo que no.
Después de esto, Pedro nos acompaña un pequeño tramo y se da la vuelta.
Nosotros seguimos con la ruta.  Coincide estos primeros kms. con los realizados en la ruta del domingo pasado en la ruta larga de Los Ruteros de Ortigas.  El terreno es espectacular.  El día, el mejor que podría tener un grupo que al día de hoy, salvo excepciones Piconeras, no tiene la mejor de las formas para aguantar una ruta exigente, muchos kms. acompañada de mucho calor.
Después de algunos kms. hablando, al mirar el wikiloc, me doy cuenta que dejamos 3 kms atrás el desvío. 
- Migue me riñe y con razón:
-Pepe, mira que fiarnos de tí que te pierdes en el pueblo.
No nos queda mas remedio que buscar alternativa para no desandar el camino y hacer 6 kms de más. Mirando el mapa buscamos  a la derecha  un  prometedor cortafuegos.  La primera parte se hace bien, pero la segunda nos lleva a un callejón sin salida. La única opción que nos queda es subir el cortafuegos y a la derecha, si hubiera salida
Después de una subida dura acompañada de  una bajada mucho mas dura, llegamos al camino de atrás de la sierra y al objetivo tras recorrer por el camino  bueno otros 200 metros.  
En esta  ocasión un error, el mío, al seguir la ruta, nos hace descubrir nuevos caminos y recorridos.  Particularmente creo que una de las partes más bonitas del recorrido de hoy, ha sido este camino fuera de control y desconocido.

La llegada a la Cruz es un alborozo.  Lo celebramos con fotos y las barritas para recuperarnos del esfuezo. Bueno con barritas y otros con algún-os bocadillos de chorizo isotónico.






En la bajada hacia la carretera, nos encontramos con otra leyenda y su correspondiente foto. Se trata de la Leyenda de La Encantamenta.


Ahora nos viene la parte más desagradable.  El tramo de carretera.   A mí particularmente la carretera me gusta.  Pero la carretera con la bici de montaña es un coñazo, y de los grandes.  Podriamos haber tomado la opción de Valdegamas como nos dice despues Chencho. Pero la gente no esta por la busqueda de más aventuras. Seguiremos este recorrido hasta llegar a Castilrubio y volver a entrar en camino por Cantalgallo.
Esta parte de las cronicas es la que se viene abajo con rapidez.  A estas alturas de ruta, el cansancio por una parte y las ganas de llegar por otro nos silencia. En el pensamiento la temida cuesta del Buche. Corta, no demasiado dura, pero horrorosa cuando vas flojo, la empezamos a sufrir desde lejos. Siempre nos pilla con las piernas fundidas y  con ganas aún de disputar la subida. El resultado es algo parecido  a un principio de infarto. 








Pero no hay tregua, el jodio Picón nos impone un ritmo matador.  El amor propio nos impide demostrar el cansancio que llevamos, hacemos de tripas, corazón y seguimos malamente su ritmo hasta llegar Al Cazador donde me despido sin esperar al resto.  La familia me aguarda.






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