Me preguntaba mi primo excéptico:
-¿Como es, para tí, la ruta perfecta?
Quedé pensativo, sin contestar.
- No sé. Respondí al cabo de un largo silencio.
-Creo que la ruta perfecta no existe. Existe el momento adecuado en el terreno adecuado y la gente, eso sí perfecta.
Puede que no diga todo lo que pienso de verdad en esta reflexión. Leí en una ocasión estas palabras con las que estoy de acuerdo:
" Es durísimo decir la verdad todo el tiempo, a veces es imposible."
La de hoy, aunque parezca una repetición del entusiasmo que demuestro en otras crónicas por la ruta realizada, vino a ser como el lavavajillas de casa: concentrada, con mucha intensidad y desarrollada en muy poco espacio. Fueron pocos kilómetros, pero los disfrutamos muchisímo. En ocasiones la ruta se desarrolla por pistas sin encanto que aburren al personal además de cubrirle con una gruesa capa de polvo y hastio. Hoy no. Cuando llegamos a la parte interesante, no podemos mirar y además ver porque bastante tenemos con traer la bici de regreso a casa. Hoy no. Salimos temprano, regresamos tarde. Hubo regresos prematuros. Hubo imcorporaciones tardías. Hubo, como no, cerveza...sssssss. Hubo salchichón, patatas, toreras, cachondeo....
-Mi primo, ya sin paciencia:
-Eso esta muy bien, primo. Tu como siempre enrrollandote como una persinana. Pero de la ruta, ¿que?.
-Paciencia, que de eso hablaremos en otra ocasión.
Albergue municipal. Inicio de la parte más bonita. |
Tras saltar la valla, reagrupamiento. |
Nuevas incorporaciones |
Los patrocinadores poniéndose de acuerdo para la caldereta |
Valla que delimita la mina de uranio. |
Como no caer en la tentación del Selfi |
Verano. No hay nada de agua. |
Invierno. Rebosando la presa. |
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