Perdonadme la indolencia, la falta de tiempo, la dejadez, el abandono. Con el veranito pasa como con las vacaciones; tienes tanto tiempo que no te da tiempo de hacer nada, o casi. Esta es la escusa que pongo. Cierto es que despues de la caída que sufrí me ha costado volver a escribir y atender el blogg. Es más fácil escribir sobre las caídas de los demás, que contar tus caídas.
Para fastidiaros un poco os cuento, con la intención de que sea al mismo tiempo una sesión de psicoterapia para mí.
"Un segundo puede ser más que un segundo. Puede estar dividido en varios tiempos iguales. Esto ocurre en los partidos de baloncesto. Otras veces, este segundo tan importante, se divide en tiempos irregulares. Este es el caso de mi segundo. Mi último segundo importante lo fue por lo extraordinario de lo que aconteció en él. Decir extraordinario no quiere decir bueno. Sabéis que últimamente me dio por montar en bici. Sabéis que incluso he llegado a fotografiar bicis. Por último he escrito sobre bicis. Bueno, más bien sobre la gente que vive con ellas y las disfruta. Había tenido otros segundos anteriormente pero nunca tan apasionantes como este. ¿Qué pasó? Pues que me caí. Si ya sé que es decepcionante. Me caí: Un grupo, un camino, una piedra que se mueve, una rueda que choca, se desliza y se pierde y yo que empiezo a vivir mi segundo. La primera parte del segundo transcurre con rapidez, relatividad. No tengo conciencia exacta de los pensamientos de este momento, tan sólo y con miedo, que llegó de nuevo la caída. Cuando el segundo se alarga es al tocar el suelo. Zona a zona mi cuerpo entra en contacto con el suelo de forma dolorosa, tengo conciencia de que no puedo hacer nada por parar. Cierro los ojos y espero llegar al final del tobogán que se hace eterno. Por fín paro. Me pongo en pie con rapidez y hago inventario de los daños. Miro el antebrazo, veo el agujero y me doy cuenta de que va a necesitar puntos. Monto con rapidez en la bici y me incorporo al grupo. Si algo tienen Los Ruteros es su saber estar en estas situaciones. Julio me lava la herida, con el agua de su bidón seguimos revisando, además de los multiples arañazos lo que me asusta es el hombro. No lo siento normal. El golpe ha sido fuerte. Puedo seguir hasta la carretera, voy despacio, preocupado por la posible rotura. El resto del grupo, mientras, avisan a José Chencho que me espera en la carretera, Juan Vicente tambien llega al rescate, pero ya tengo montada la bici en el coche de Chencho que me acerca a casa. Despues de unas radiografias en la Residencia, me vuelvo a casa satisfecho con tan solo los puntos y dolor pero nada roto."
Mi agradecimiento a todos Los Ruteros, por la solidaridad y las muestras de apoyo recibida.
Ruta Nocturna de Medellín
Al final no las sacaron a bailar... |
Una bonita noche. Muchos amigos que compartieron la ruta. De cualquier forma, la participación si la comparamos con la del año anterior baja considerablemente. Durante esta semana varios grupos de Don Benito en lugar de participar han preferido hacer su propia ruta exclusiva y excluyente nocturna. Nada que objetar ? La ruta completa se hace amena. Incidentes no faltan. En Las Gamitas esperamos sin saber durante muchisimo tiempo. Una caída se llama. Después de la cura salimos. El tramo que discurre entre Las Gamitas y Mengabril se hace bonito, rápido sin mosquitos. Al llegar a Mengabril nos espera una fiestuqui en el avituallamiento y las señoras que posan detras de Los Ruteros que pasan un rato divertido riendose de nosotros y nosotros de ellas. En Mengabril terminamos aburridos de esperar. Uno de los coches de la organización pincha y tenemos que esperar durante muchísimo tiempo. Salimos por fín y al llegar a Ortigas nos espera la trampa. Primero en forma de caidas en el agua y despues de abrojos que nos pincha. Cuando llegamos a Medellin, el castillo apagado y ya tardísimo y un poco cada uno por su lao. Cuando arreglamos las ruedas, pinchazos, reventones, decidimos no subir al castillo e ir directo al río a por la cerveza.
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