Esta mañana salimos. No sabíamos dónde ir. En los previos se decía:
-Depende del viento, si tenemos mucho, poco. Si poco, mucho…
Las ocho y media de la mañana. ¡Qué buena mañana hace¡
“Estamos en la salida de las Cruces. Saludos… ¿Qué tal? Tío….”
-Hola Raúl.
Raúl es mi vecino y además de buena persona, forma parte de
la peña “Los Perdios”
-Hola…
-¿Dónde vais?
- Hoy, me dice, nosotros no vamos de ruta. ¡Vamos de Misión! Tenemos una misión que cumplir, ¿sabes? , ¿Conoces a nuestro compañero, (Javi Averías)?.
-“No, no lo conozco. Solamente, sé. Sé que sufrió un Ictus. Sé que está muy grave, se le paralizó medio cuerpo, que el otro
medio no puede ni utilizar su voz para decir hola siquiera. Sé que algo así es
terrible para cualquier persona. Sé que
algo así es horrible para alguien que
necesita del deporte para vivir”…
- Mira, él tenía debilidad por la Cabra. “El Puerto de la
Cabra”. Nadie como él para saber lo que significa esta
ruta… Lleva años pasando y disfrutando sus cuestas, sus piedras, sus plantas,
todo. Hoy, llevamos un objeto personal de Javi Averías. Cuando lleguemos
allá, lo esconderemos. Es un acto
simbólico de homenaje. Más adelante en
Marzo o primeros de Abril queremos hacer una ruta para obtener unos fondos para
ayudarlos. ¿Sabes? Javi estaba en paro,
y su mujer ahora, tampoco trabaja, está con él, atendiéndole. Queremos pedir la
colaboración de mucha gente para ayudarlos.
-Cuenta con nosotros, Raúl. Si algo tiene de bueno la gente
del deporte, es la solidaridad. Sin intereses comerciales, sin segundas
intenciones. Cuenta con nosotros Raúl.
No me atreví a preguntarte:
-¿que llevas?
- ¿Qué le dirás a Javi? :
-Oye, si lo quieres recuperar, ya sabes lo que tienes que
hacer. Subir.
-Un gesto precioso. La
mejor motivación para un amigo verdadero.
-¡Ojala suba!, Ojala me adelante a toda pastilla mientras le
miro asombrado. ¡Ojala!
Después de esto Raúl y su colega siguen camino, nosotros esperamos
en la cuesta del Buche para reagruparnos y seguir en dirección a la Puerta de la Reserva.
Ni rápido ni despacio: Bromas, ríos, charcos, empujones,
chistes. Ningún incidente ni accidente que lamentar.
Al llegar a la puerta de la Reserva, Fotos.
Nos quitamos el casco para la foto. Dice Angel que su hermana Paloma no nos reconoce con él puesto. |
Picón, siempre partiendo nada más llegar, (difícil
vida la del camionero), se da la vuelta. Otro que se da la vuelta es Ramón, mi
vecino. No voy a decir nada que no haya
dicho ya sobre los deberes familiares.
El resto entramos en la película. Pues eso se me antoja al atravesar el paso de
la puerta de la Reserva. Es como si
entraras en otro mundo, ajeno totalmente
al plan Badajoz y a sus necesidades de rotulación y regadío.
Esta mañana, con el compañero de trabajo de Taruguez, Víctor,
otro más, nos adelantamos. En nuestro deambular se nos cruzan dos ciervos,
además de un cortafuego matador.
Cuando llegamos pensando en esperar, nos
pitan… Por lo visto hemos hecho dos kilómetros más que el resto por el “Atajo”
que tomamos y llegamos los últimos. Esto
me hace reflexionar, porque no me
importa llegar el último:
-Si yo quisiera hacer el camino más corto, hubiera venido
por la carretera…
-Si yo quisiera llegar antes, hubiera venido en coche.
-Si yo no quisiera cansarme, me hubiera quedado en casa en cama…
El llegar al Castillo es un puro espectáculo. Mtbman salen por todos los recodos, por
todos los caminos. Vienen de Quintana,
de Mérida. Como no podía ser de otra
forma, ¿Quién iba a conocer a esta peña?,
Si, Justo. Digo que Justo los conocía.
Dice:
-
Yo con este me pillé unas borracheras…
-
Sigue: Es que cuando recuerdas a un amigo tras
una borrachera, este es para siempre… O lo odias para siempre o lo quieres para
siempre. La tontería que nos impide querer a las personas que lo merecen y
demostrarlo, desaparece momentáneamente con el alcohol.
Las fotografías al grupo nos la
hace Dani. Un motero solitario, que
trabaja en Maderas Romero y al que conoce todo Don Benito.
Una gran imagen de convivencia improvisada. |
Después del avituallamiento: las despedidas, el quedar para
la ruta, espero, de Quintana. Iniciamos la bajada. Otro atajo, este bueno.
Al pasar la puerta, tenemos el primer
incidente. La Pájara, la temida pájara
hace acto de presencia en el cuerpo de Víctor, el nuestro, no el compañero de Miguel. La debilidad, el mareo y el dolor le llega como
un mazazo terrible.
-Tranquilo, si ves que no puedes tirar, te remolcamos.
Tranquilo, que no hay prisa.
-No te tienes que sentir culpable, le decimos. La pájara, afortunadamente, no es exclusiva tuya. Es una frívola que ha jugueteado con todos
nosotros en una ocasión u otra.
A partir de aquí: piano, piano. Nos
bajamos de las bicicletas en la cuesta del buche.
Subiendo nos adelantan Los
Ruteros: “Manuel, Manolo magdalena, José el Jabeño, Julio… toda la peña de
regreso a toda pastilla. Tres
todoterrenos haciendo caballito en la cuesta, nos obligan a irnos al sembrado.
Ya cuesta abajo llegamos más rápido con mucho más frío que al salir.
Si algo hay que lamentar además de la pájara, es que no hay
cerveza.
¡NO HAY CERVEZA! ¡ NO
HAY CERVEZA!
No tenemos perdón, ni
de Dios, como diría mi abuela, ni
de matanza.
Coloco el enlace para el que quiera bajar de una vez todas las fotografías de hoy.
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